1,2,3: No hay mucho más que decir
Standstill, los “triunfadores” del año (mejor disco nacional del año según Mondosonoro) presentaban el pasado 17 de julio por tercera vez en Barcelona su espectáculo 1,2,3. Esta vez en el inmejorable marco del Festival Grec.
Lo que la organización presentaban como una muestra teatral de su último disco Vivalaguerra, “Un espectáculo que parte literalmente de la nada y que lentamente nos lleva por un sencillo, crudo, irónico, muy honesto y sorprendente viaje de búsqueda” se quedó muy lejos de eso.
La primera sorpresa del espectáculo fue que la organización dejara que parte del público se colocara en el mismo escenario, aunque la gente, una vez acondicionada, tuvo que reorganizarse para que los propios Standstill montaran allí todo su equipo ( bateria, micros, chivatos, teclados, etc.) siendo (suponemos) esta una parte primordial de su espectáculo de aportación cero.
La segunda sorpresa, lo fue por su ausencia, ya que después de veinte apasionantes minutos viendo a la banda enchufar y desenchufar candelabros eléctricos, fluorescentes y demás unos Standstill con sus miembros desmembrados por el escenario y un Enrique Montefusco dando la espalda a las aproximadamente 100 personas que se quedaron en la grada, (bien por falta de sitio o bien por comodidad) se limitaron a tocar el repertorio íntegro de su último disco Vivalaguerra. Esto es el resumen de la obra teatral, performance y/o espectáculo que nos habían vendido.
Uno de los dos momentos más destacables fue cuando Montefusco cogío su silla de oficina (ver fig.02) y se colocó en el centro del escenario, esta vez de cara a los asistentes e interpretó El presidente de la escalera, una canción cuya letra entraría perfectamente en el fantástico repertorio de grupos como Astrud o Hidrogenesse. algo tan incongruente como lo fue el otro momento destacable, el de la canción del cierre del concierto ¿Porqué me llamas a estas horas? cuyo momento cúspide “mientras el universo ronca” fue acompañado del lanzamiento de confeti y unos pocos globos con los colores del parchís. ¿Que pensarán de esto los seguidores que aún mantengan de su época hardcore?
Después de los globitos y bajo la firma y dirección de Enrique Montefuscos/ Stansdtill (o sea de Enrique Montefuscos por partida doble) se nos mostró una especie de reportaje sobre los ex-miembros de la banda, de escaso interés para los que no seamos ni familiares ni amigos y que dada la gracia de los sujetos, nos pareció largo en exceso. La próxima vez, desde aquí les recomendamos que se dirijan a vender su reportage al "Entre Línies" de nuestra televisión catalana.
Por último, cabe decir que sonaron aceptablemente bien, lo menos que merecían los asistentes después de pagar los 22 euros costaba cada la entrada. Por cierto, aún nos seguimos preguntando dónde estaba toda la gente que sale en la foto de la promoción del espectáculo 1,2,3. (ver fig.01) Francamente inquietante..
Montse Casas
Eduard J. Montoya
6 comentaris:
ei! he arribat a través del fotolog d'un amic! doncs menys mal q no vaig pagar els 20 euracos q demanaven!
això q dius de la cadira d'oficina sona bastant a al santi faro i el seu ¿espectacle? q feia amb "flacs" i on una de les cançons era llegir una notícia de diari.
en fi, jaja, cada cop hi ha més iluminats, quina pena!
salut
jo vaig veure el seu concert a l'auditori i em va encantar, la veritat...
i havia sentit parlar molt bé del "1,2,3"...
:P
clar que sí, prou parafernàlies, si es fa música es fa música, si es fa poesia es fa poesia, si es fa teatre es fa teatre, i si es fa tot a la vegada, es fa bé.
potser ara estan més orgullosos del que fan, però a mi quan vestien i li fotien com els refused em semblaven més sincers i autèntics. vés quina contradicció.
tot i que ho sembli, jo no soc el anònim. totalmente de acuerdo, jose maría!
Fuera los standstill moñas!!!
Deu n'hi do. M'agradaria investigar aquesta animadversió i aquesta capacitat nul.la per a entendre el que t'estan dient. Jo crec que qui signa la crònica projecta en la critica a Standstill el pitjor de sí mateixa i crec que demostra una vegada més que l'enveja de vegades es cegadora. I tothom va entendre que el sentit i la intenció del show, tot i no tenir un dia especialment bo, es admirable. Per cert, a la Cúpula de Venus sí que va ser increïble en tots els sentits.
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